En solo una noche Imperial Triumphant y Rivers of Nihil, dos bandas de lo mejor en la actualidad del Metal estadounidense llegaron como premio doble para hacer su debut en la CDMX. Años han pasado en la espera de que tocaran en tierra azteca y no hubo una mejor forma de hacerlo: Explosivos, agresivos y con la entrega que todos sus adeptos merecían.
BLACK HATE: teloneros domésticos.
La banda mexicana Black Hate fue la encargada de encender los motores y dejar los ánimos en la temperatura indicada. Y para ser honesto, a pesar de que tuvimos la fortuna de verlos hace unos meses abriendo para Gaerea y Watain, después de esta ocasión puedo decir que cada vez que los escucho suenan mejor y más bestiales. No creo ser el único que lo nota ya que, dentro de poco, abrirán también el ritual de la banda sueca Craft, así como del regreso a tierras mexicanas de los pioneros del Black Metal Noruego, Mayhem. Por lo tanto, recomiendo ampliamente no despegar la atención de lo que está haciendo Black Hate.
Y después de la recomendación del buen producto mexicano, a lo que nos truje Chencha, las dos formidables bandas que estremecieron las paredes del Circo Volador; pero no sin antes recordarte que, si lo tuyo son las guitarras feroces y el tutupa tutupa tutupa tutupa, deberías escuchar Loud! Metal Radio al hacer click aquí o al darle play al reproductor de abajo, estarás entrando a un mundo de Metal, 24/7, los 365 días del año, gratis.
IMPERIAL TRIUMPHANT
La palabra es excentricidad. Sí, excentricidad en lo amplia que puede ser la definición de la palabra, es como describo a Imperial Triumphant. Desde los primeros segundos, detrás de todo el surrealismo de sus máscaras con picos y capas negras, uno puede notar fácilmente que hay una extensa escuela de experimentación musical que se puede leer entre las líneas de insanos acordes y gritos propios del Black Metal, o como la gran Wikipedia le llama, el Avant-Garde Metal (lo que aquello quiera decir). Este metal/fusión de texturas jazzísticas y efectos de sonido con pedales que por general son ajenos al género, se convierten en atributos que naturalmente son fruto de crecer como músico en una ciudad como la de Nueva York.
Zachary Ilya Ezri (Guitarra y voz), Kenny Grohowski (Batería) y Steve Blanco (Bajo) son las personas detrás del sueño ensordecedor de Imperial Triumphant y los tres están locos. Esta locura emerge de maneras distintas en el escenario, pero la más obvia es la de Steve, simplememte no se está quieto en el escenario, de hecho, no puede conservar el bajo colgado al hombro y es necesario ondearlo de vez en cuando como espada o incluso llevarlo al suelo para sacar los sonidos más brutales. Le siguen los gritos de ultratumba y los riffs llenos de odio de Zach. Y la trifecta solo se completa con la estridente batería de Kenny (aquí solo puedo decir que nunca había escuchado a alguien tocar tan fuerte la batería y lo increíble es que no parecía hacer ningún esfuerzo).
Nos regalaron un gran viaje, aunque limitado a sus últimas tres producciones (Vile Luxury, Alphaville y el más reciente Spirit of Ecstasy), donde hubo solos de bajo, gran interacción con el público y hasta un brindis donde varios afortunados pudieron probar algo de la bebida, seguro mágica, con la que honraron la ceremonia del día.
Tal vez lo único que podría lamentar de Imperial Trimphant, es que las secciones donde hay trompetas y otros instrumentos no tradicionales del Metal, se disparan en pistas. De verdad me encantaría verlos en algún futuro agregándolos estos elementos a los shows en vivo, porque estoy seguro de que sumarían al dadaísmo que ya es esta grandiosa banda.
RIVERS OF NIHIL
Por otro lado, tuvimos a Los Rivers, originarios de Reading, PA. Un pueblo de esos en los que pasa casi nada hasta que un grupo de chicos incómodos y conflictuados con lo consuetudinario, deciden levantarse en armas (instrumentos) y luchar con sus demonios más profundos.
Así lo han hecho a través de cuatro álbumes de estudio, y cuando ya empezaban a tener una notoriedad importante con su Where Owls Know My Name, tanto en Estados Unidos como en Europa, la pandemia de COVID-19 mermó sus planes de crecimiento. Pero también fue una oportunidad de meter el freno de mano y empezar desde cero con su álbum The Works el cual fue el pretexto perfecto para iniciar una gira en 2021. En esta se suscitaron altibajos donde vivieron de todo, incluso la separación con su vocalista principal Jake Dieffenbach. Pero como nos lo contó el bajista, y ahora nuevo vocalista de la banda Adam Biggs, en entrevista exclusiva para Loud Metal Radio: esta gira nos llenó de aprendizajes y unió increíblemente a la banda. Y porque es necesario mencionarlo, gira de la cual, México tuvo el honor de ser el anfitrión de su final.
Cerca de las 21:50 de la noche, la banda no dio tregua y empezaron directamente con The Silent Life, lo que puso al público inmediatamente a saltar y a mover las melenas sin motivos para parar de hacerlo. Al inicio creí que iba a ser extraño verlos sin Jake en el micrófono, pero la verdad es que el señor Adam Biggs es brutal al frente de la banda y la energía que proyecta es demoledora cuando avienta sus growls mientras hace tapping en su bajo.
Y no me quiero repetir, pero es que cada uno, tanto Adam como Brody Uttely (Guitarra líder), Jared Klein (batería) y Andy Thomas (guitarra rítmica, reciente incorporación para girar con la banda), es un artesano en su instrumento. Y aunque el tiempo para la banda era poco, pudimos disfrutar un show que prácticamente fue mitad The Work, mitad Where Owls, pero donde también hubo espacio para un par de rescatados del pasado como lo son Sand Baptism del Monarchy y Soil & Seed de The Sonscious Seed Of Light.
Además de algunos gritos como How are you México? o Thank you México, no hubo mucha interacción verbal por parte de la banda con el público, pero definitivamente no es una situación preocupante ya que todo el intercambio se dio a un nivel completamente energético en el cual no vi a nadie salir triste, enojado o frustrado, menos después de cerrar con la canción homónima del Where Owls donde banda y público de un momento a otro eran un mismo ente gritando y saltando por el lugar.
Misma anotación final que con Imperial, me quedo con ganas de escuchar solos de saxofón en vivo que, a pesar de no ser realmente una necesidad, siempre es interesante ver en vivo estos valores agregados.
CONCLUSION DE LA NOCHE
Dentro del nicho que representa el Metal hoy en día, como en cualquier otro género musical, existen subnichos donde entran bandas con cualidades diferentes a la norma, lo que provoca que su conteo de seguidores sea mucho menor que el de otros referentes que pueden estar en el llamado mainstream. Esto sucede con Imperial Triumphant y Rivers of Nihil que, a pesar de contar con un fuerte repertorio tras aproximadamente 14 y 17 años de sus respectivas fundaciones, no es hasta ahora que comienzan a explorar el mercado latinoamericano, y considero una fortuna que el primer anzuelo se lance hacia los escenarios mexicanos.
Creo que a estas alturas está de más mencionar que, el que no toquen en estadios no quiere decir que su música no tenga contenido de calidad, incluso pude que sea totalmente lo contrario y que simplemente obedecen a gustos más específicos. Pero estos gustos específicos también se pueden ejercitar al pasar la voz y la palabra del Metal, más si lo que queremos es que vengan las bandas que menos imaginamos que pueden pisar nuestros recintos de preferencia. Lo menciono porque yo también he sido celoso de mis bandas y de mi música, pero a veces no vemos que la comodidad del nicho puede afectar el crecimiento de nuestras bandas favoritas.
Como resultado, podemos concluir que los que estuvimos la noche del 25 de febrero en el Circo Volador debemos darle su debida importancia al haber tenido a estas bandas en un formato tan intimo y cercano como lo ofrece el lobby de este lugar tan sagrado para los adeptos del metal en México, porque es probable que la siguiente vez que los veamos, sea en algún festival con mucha más gente y definitivamente espero que así sea.
Con imágenes de Ramiro Galván.
