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The End, So Far: Slipknot mirando al futuro

Por fin podemos escuchar el séptimo disco de estudio de Slipknot, titulado The End, So Far. Este será el último trabajo que lanzarán con la disquera que les dio una oportunidad en 1998: Roadrunner Records. Con ellos han sacado cada uno de sus discos, desde Slipknot hasta We Are Not Your Kind, y están cerrando un capítulo importante en su carrera. ¿Regresaron al sonido que los llevó a la fama, se movieron hacia adelante, o se muestran conservadores con su música?

Antes de contestar esta pregunta, recuerda que puedes escuchar la música de Slipknot (incluyendo canciones de The End, So Far) en nuestra estación: Loud! Metal Radio. Escucha aquí o dando play aquí abajo:

Quizás la mejor forma de describir este disco es con una combinación de los tres puntos anteriores. Lo primero y más importante es que The End, So Far se siente como Slipknot en la actualidad: contundente y poderoso, pero a la vez maduro y versátil, sin olvidarse de hablar sobre la condición humana y de expresar sus emociones.

The End, So Far nos muestra a Slipknot recapitulando de manera perfecta su carrera, con elementos de sus seis álbumes combinados en una nueva experiencia musical. Por ejemplo, The Dying Song, Warranty y Hivemind son muestras de pesadez al estilo de Iowa u All Hope Is Gone, pero con una madurez inusitada. Corey da uno de los mejores despliegues vocales de su carrera, combinando guturales realmente molestos y dolorosos con pasajes vocales hipnóticos y estupendamente armonizados. 

Sin embargo, no cierran la puerta a experimentar con su sonido. Se muestran melancólicos mientras voltean atrás para ver su carrera y todo el camino que han recorrido. Adderall y Finale, la primera y última canción del disco, son el ejemplo perfecto de ello. Son canciones donde el Knot no tiene miedo de mostrarse más vulnerable, trayendo a la mezcla coros de voces y cuerdas. Las guitarras pasan a tener un papel menos protagónico en estas canciones, aportando atmósferas que complementan perfectamente el trabajo del resto de la banda.

Como en Spit It Out, el rap regresa nuevamente a la música de The Nine con The Chapeltown Rag y, especialmente, H377. Esta última canción emana furia de sus letras casi ladradas, de su riff despiadado y de la pared sónica creada con ayuda de las percusiones y la batería. Medicine For The Dead se siente como la segunda parte de A Liar’s Funeral. Corey se abre nuevamente en cuanto al tema de su depresión.

Y, quizás, Slipknot nos da dos de las mejores canciones en su historia. Yen y De Sade son oscuras y relajadas por un momento, pero siguen sonando a ellos. Ambas piezas progresan y tienen un crescendo fabuloso que combina lo mejor de su estilo torcido y pesado con lo mejor de su melodía. Tienen una explosividad sensacional, y sin duda tocarán las fibras más sensibles de los fans. Además, De Sade trae nuevamente al frente a Mick y a Jim, que se lucen con solos de guitarra fabulosos.

Aún así, The End, So Far no está exento de puntos bajos. No entiendo por qué The Chapeltown Rag fue el primer sencillo del álbum siendo una de las canciones más revueltas y extrañas del disco. Aunque, sin duda, propone cosas interesantes. Con Acidic deciden retomar la dirección de Adderall y Finale, pero de manera mucho más oscura y pesada. Jay incluso describió la canción como de “blues”, y Corey la describió como un sludge sureño. Hay elementos interesantes en este track, pero está lejos de ser lo mejor que el Knot nos ha regalado. Finalmente, Heirloom luce por su letra y la denuncia de un abuso doméstico, pero se queda corta comparada con el resto de los tracks.

Si We Are Not Your Kind – el sexto trabajo de la banda – había mostrado la unión musical de toda la banda y el uso de cada integrante, The End, So Far lo lleva a otro nivel. Este es un disco en el que Craig y Sid tienen papeles protagónicos en muchas de las canciones, incluso dándole al Alien un solo de tornamesas en Yen y The Chapeltown Rag. Las percusiones de Clown y Pfaff son nuevamente audibles, mientras que sus tarolas son usadas de forma más constante a lo largo de las 12 canciones.

Vman tiene pequeños pasajes donde resalta y nos muestra su capacidad. Jay sigue demostrando que es uno de los bateristas más técnicos y virtuosos del mundo, aunque a veces se siente algo repetitivo en algunos fills de batería. Mick y Jim no sólo proponen riffs bombásticos y nuevamente tienen solos prominentes, sino que sus guitarras proporcionan elementos de acompañamiento que, aunque les quitan los reflectores, apoyan el contenido melódico y le dan más solidez a algunas canciones.

Para muchos, este disco representará la continuación de The Nine en un camino que no les gusta. Para muchos otros, quedará clara la madurez musical y creativa de la banda de Iowa. Con The End, So Far, Slipknot deja claro que seguirán caminando a pesar de voltear hacia atrás. Y si lo están haciendo es solamente para tomar impulso, sobre todo ahora que serán una banda independiente. No temen apegarse a la fórmula que ya conocen perfectamente, pero tampoco añadir más elementos a sus canciones e incorporar cosas nuevas. Apostaron por la melodía y los breakdowns en la gran mayoría de las canciones. Intentan mantenerse relevantes tras 23 años de carrera sin perder su esencia y su enojo.

Con sus altos y sus bajos, este séptimo álbum se siente justamente como el final de una era. Nos preparan para lo que viene: una etapa con un interés claro y fuerte por crear cosas nuevas y seguir llevando su sonido y su arte hacia adelante.

Poncho Civeira
Poncho Civeira
Locutor, fotógrafo, escritor, cineasta... de todo un poco. HELL YEAH!
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