Imagina esto: Tú frente a tu artista o grupo favorito, cantando la canción que más te gusta, en medio de un mar de personas que bailan y saltan al ritmo de la música, la pirotecnia y hasta los papelitos y serpentinas que vuela por los aires de una noche espectacular… Pero ¿cómo es que experimentamos tal éxtasis?
1ero: Felicidad por todo el cuerpo
Las ondas sonoras de las que está hecha la música llegan a los oídos y ahí se convierten en impulsos que viajan por nuestro sistema nervioso, repartiéndose por diferentes áreas del cerebro, cuando se trata de música que nos agrada, el mismo órgano libera dopamina, sustancia que regula la sensación de placer, según Psyche Loui, profesora adjunta en el departamento de música de Northeastern University y directora de Imaging and Neural Dynamics (MIND) Laboratory.
2do: Disminuye el estrés
El sistema nervioso abarca todo el cuerpo y cuando la música nos estimula, también se libera serotonina, una hormona que nos hace sentir felices, incluso bajan los niveles de cortisol, otra sustancia que igual produce el cerebro y se relaciona con la tensión y el estrés, de acuerdo con Concepción Moral, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM.
“¡Nada activa el cerebro como la música!”
Al ir a un concierto, aunque la mayoría de los que te rodean sean desconocidos, genera una sensación de comunidad porque comparten gustos, rolas y en algunos casos hasta se visten similar; ayuda a calmar estados de tensión y manejar mejor las emociones, eso sucede en el área del hipocampo y el lóbulo frontal, también vinculado con el pensamiento abstracto, según información del nuevo informe del Global Council on Brain Health (GCBH).
De acuerdo con el mismo estudio, escuchar la música que nos gusta, estimula áreas cerebrales responsables de la memoria (activa tus recuerdos, tanto para recordar letras de canciones, como experiencias agradables, nostálgicas o desagradables, según sea el caso particular), el movimiento (te dan ganas de seguir el ritmo y ponerte a bailar o brincar), así como el estado de ánimo, ya que provoca reacciones bio y neuroquímicas que contribuyen a entrelazar redes neuronales que mejoran nuestra fisiología, o sea, el funcionamiento integral de nuestro organismo.
Es así como Jonathan Burdette, profesor de neuroradiología en la Facultad de Medicina de Wake Forest University concluye que “Nada activa el cerebro como la música”, de hecho, hay investigaciones que revelan casos de personas que han sufrido accidentes vasculares (cuando se detiene el flujo sanguíneo en alguna parte del cerebro), y son capaces de cantar pero no de hablar ¡Interesante, no?
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